Muerte
y destrucción. Cuando te hablan de fotogramas de posguerra respiras hondo y te
preparas para enfrentarte a una imagen desoladora… Un escenario apocalíptico,
en el que reine la hambruna y la pobreza se apodere de cada milímetro del
celuloide. Sin embargo, ‘Fotogramas de posguerra, 1946-1962’, la exposición
inaugurada el pasado sábado 2 de junio en el Matadero de Madrid, poco o nada
tiene que ver con esa idea.
La
muestra, que podréis visitar hasta el próximo 30 de junio, ofrece una visión edulcorada
de lo que fue la posguerra. Una imagen estilizada y glamurosa, plagada de
bellas mujeres y romances de cine. Los asistentes podrán disfrutar de una
selección de las que fueron las portadas de la revista Fotogramas de la época.
Desde una serie completa de los primeros números de la revista, caracterizados
por su saturación en los colores, hasta los retratos de grandes estrellas del
cine como Ava Gadner, Marilyn Monroe, Sara Montiel o Clark Gable, entre otros. Un recorrido
por los estereotipos cinematográficos de la época que reflejan a la perfección
la idea subyacente de lo que debía ser una mujer, de lo que debía de hacer el galán
o de qué rol le correspondía a cada uno de ellos a la hora de formar una
pareja. Románticas estampas en las que el varón se erige como un conquistador
ante la pasividad de la mujer.
Un
reflejo del pensamiento existente durante la posguerra a través de la gran pantalla, porque
¿acaso no es el cine la mejor representación de la propia realidad? Tal y como señala el Catedrático de Comunicación Audiovisual Gérard Imbert ('Cine e imaginarios sociales'), "el cine de por sí es imaginario -industria de lo imaginario, escribía Edgar Morin hace cincuenta años en su libro 'El cine o el hombre imaginario'- y lo es doblemente: como imaginación, invención, y como cámara de eco del imaginario colectivo, soporte y polea de transmision de las representaciones sociales". Un ente en el que nos proyectamos, pero también en el que nos vemos obligados a enfrentarnos a nuestros peores miedos.
Por su parte, Alex de la Iglesia señala en ‘Espectadores’, el documental dirigido por
Pablo Peris que podemos ver dentro de la propia exposición, que “el cine da
respuesta a una realidad insatisfactoria, pero más satisfactorio es cuanto más
se parece a la realidad”. De este modo, cuando acudimos al cine vamos en busca de
respuestas… Tratando de vivir una realidad diferente a la nuestra o bien contemplarnos a través de otros ojos. Analizando nuestra vida gracias a las
vivencias de otras personas a las que no conocemos pero con las que nos
sentimos identificadas.
Hace
pocos días leí en Twitter que Cayetano Rivera había dicho en una entrevista que
le gustaba el cine que no le hacía pensar. Cierto es que tampoco me sorprendió... No obstante, al contrario que él, yo adoro las
películas que me obligan a recapacitar. Aquellas tras las cuales me veo en la
necesidad de reflexionar sobre mi vida. Ésas que han marcado un antes y un
después. Los filmes que evidencian ante mis ojos aquellos aspectos tanto
satisfactorios como insatisfactorios de los que se compone mi día a día. Y es justamente eso lo que le falta a dicha muestra: el reflejo de los aspectos ingratos de la época en la que se centra.
En
definitiva, ‘Fotogramas de posguerra, 1946-1962’ constituye una interesante
exposición para todos aquellos amantes del cine. Una amplia variedad de
materiales del archivo de Fotogramas (fotos, dedicatorias, carteles, artículos
y algún que otro informe de censura) que acercará a los asistentes al cine de
la época. No obstante, aquellos cuyo interés se centre en tener una visión de la posguerra española como tal han de saber que, cual rasca y gana, han de seguir buscando...
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