sábado, 28 de julio de 2012

“No existe el adiós, Chunky Rice”


¡He de confesarlo! Nunca me han llamado demasiado la atención los cómics… Supongo que siempre lo he visto como un género a medio camino entre la narrativa y los dibujos animados. Incapaz de deleitarme con la dialéctica de una buena novela y demasiado complejo como para permitirme la desconexión mental que me facilitan los ‘dibus’. Siempre lo he ubicado en un punto medio. En tierra de nadie. Perdido y quizás hasta solitario. Un mix ciertamente confuso. Y yo, que soy de extremos, opté en su momento por no acercarme a un mundo que quizás tiñese de gris mi entorno bicolor.


Sin embargo, recientemente, y debido en gran parte a la influencia de mi amigo Jero (doctorado en cómics, experto en música y a punto de licenciarse en psicología debido a mis ralladuras mentales), decidí sumergirme en el ‘frikismo’ más absoluto (entiéndase bien) y comenzar a interesarme por el mundo de la novela gráfica.


Cierto es que ya había leído cómics. ‘El pequeño País’ había aderezado mis veranos en Galicia con pequeñas viñetas que hacían que el periodo estival fuese todavía más ameno de lo que acostumbra. Asimismo, las aventuras de Astérix y Obélix’ también habían conseguido sacarme una sonrisa en más de una ocasión (aunque ya que estamos de confesiones, he de admitir que siempre he preferido las películas de esta pareja de galos). Por el contrario, ‘Tintín’ me aburría sobremanera – y eso a pesar de su origen belga y de mi amor platónico por todo lo que se relaciona aunque sea mínimamente con Francia y el francés-. Ese pequeño sabiondo nunca consiguió conquistarme. Aunque también puede ser porque, que yo recuerde, no había ninguna chica despampanante en la trama. He de confesar y confieso que siento una especial predilección por las historias en las que aparece una ‘tía buena’. Es así. Desconozco el porqué de esta siniestra condición sine qua non, aunque se lo atribuyo al ‘querer ser’ que los chicos sienten por los superhéroes…


Había leído cómics antes. Incluso había podido disfrutar de algunas joyitas como ‘Arrugas’ –que leí para documentarme a la hora de escribir la reseña de la película-. No obstante, ‘Adiós, Chunky Rice’, de Craig Thompson (más conocido por su obra ‘Habibi’) consiguió conectar conmigo como ningún otro cómic lo había hecho hasta el momento. Y es que dicho libro no es un cómic al uso. ¡Es mi historia ‘viñeteada’! Bueno, la mía y la de tantos otros. No es que yo sea una tortuga… ¡claro está! Pero sí soy una “plantita” (guiño a todos aquellos que hayan leído el cómic).

‘Adiós, Chunky Rice’ habla de la separación de dos amigos (o novios, no me queda claro del todo). Una ratita y una tortuga que tienen que separarse para buscar su propia felicidad a pesar de lo mucho que se quieren o se necesitan. Chunky (la tortuga) ha de partir para encontrar su lugar y crecer como persona (como persona-tortuga, se entiende), mientras que Dandel (la ratita) decide permanecer en el que ya considera su hogar. Un triste relato que tiene como tema principal la ausencia y la separación. Pero que aboga por continuar el camino sin olvidar el pasado, puesto que como bien dice Dandel: “No existe el adiós, Chunky Rice”.


En definitiva, el cómic de Craig Thompson es, pese a su apariencia simple, una obra con una gran profundidad psicológica que nos lleva inevitablemente al autoanálisis. Una interesante trama con pocos personajes pero de gran complejidad y espectaculares ilustraciones capaces de ir desde simples escenas de pocos trazos a ambientes enrevesados y oscuros que tratan de dar forma al imaginario de los personajes. ‘Adiós, Chunky Rice’ es, pues, la próxima novela gráfica que debes leer.

1 comentario:

  1. Hola María,
    Fue un placer conocerte en el networking de las Jornadas de Blogs de Moda del sábado. A mi siempre me gustaron los cómics. Tintín y Esther y su mundo mis favoritos
    bss
    http://tupersonalshopperviajero.blogspot.com.es

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